2022-05-08

Tomanowos: la roca que sobrevivió al billar cósmico, a las megainundaciones glaciares y a la estupidez humana

[This is the Spanish version of the english original in The Conversation, Space.com, and Phys.org]

Localización actual de Tomanowos en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York. Foto: DGC.

La roca más fascinante que conozco tiene un nombre milenario: Tomanowos. Significa "el visitante del cielo" en el extinto idioma clacama. Según los miembros de la tribu norteamericana de los Clacamas, Tomanowos vino para unir el cielo, la tierra y el agua.
Las explosiones de supernovas esparcen por el espacio
el hierro producido en las estrellas más pesadas. Este hierro 
termina en nebulosas de partículas que terminan por formar
nuevas estrellas y protoplanetas como el que formó
Tomanowos.
 [Imagen: NASA]

Hoy esta roca yace en el Museo de Historia Natural de Nueva York debido a una de las historias más tronchantes que conozco en geología, acontecida cuando
 unos colonos se enteraron de su existencia cerca de Portland (Oregón) hace un siglo

Pero antes de entrar en eso, ¿qué sabemos sobre el orígen de esta roca?

Tomanowos es un meteorito de un tamaño inusual, compuesto por 15 toneladas de hierro y níquel (Fe 91%, Ni 7.6%). Como en otros meteoritos metálicos, sus átomos de Fe y Ni se formaron en el núcleo de estrellas que esparcieron por el espacio los subproductos de la fusión nuclear al terminar sus vidas en gigantescas explosiones de supernovas. Hace unos 4.500 millones de años, estos átomos pululaban en una nebulosa de detritos cósmicos que comenzaba a agregarse en partículas de polvo, primero, y de rocas y protoplanetas después. Esa nube formó nuestro Sistema Solar y Tomanowos fue parte del núcleo de uno de estos protoplanetas (los metales, más pesados que los silicatos, tienden a ocupar el centro de los planetas).

Vesta, un protoplaneta superviviente del
Sistema Solar primigenio. La gravedad forma
una estructura de capas ordenadas por densidades 
con elementos más pesados ​​como el hierro concentrados 
en el núcleo. Tomanowos es un pieza expulsada del núcleo
 de un protoplaneta similar.
[EPFL / Jamani Caillet, Harold Clenet]
También sabemos que, poco después, una colisión entre dos de esos protoplanetas devolvió nuestra pieza de museo a la soledad espacial. Lo sabemos porque es la única manera conocida de extraer una masa de 15 toneladas del centro de un protoplaneta. Posteriores impactos a lo largo de cuatro mil millones de años hicieron que la órbita del meteorito finalmente se cruzara con la de la Tierra. Eso ocurrió hace apenas 17.000 años.

Como resultado de este billar cósmico, el meteorito entró en nuestra atmósfera a una velocidad de unos 60.000 km/h, aterrizando en el casquete glaciar que ocupaba el actual Canadá a finales del Pleistoceno. Gracias a que el hielo es un lugar relativamente mullido para aterrizar, los glaciares son una importante fuente de meteoritos bien preservados. A estas alturas Tomanowos ya había atravesado un impresionante cúmulo de casualidades que le permitirían acabar en la sala del museo de Nueva York. Pero lo más increíble estaba todavía por ocurrirle.

Durante las siguientes décadas, el hielo transportó lentamente a Tomanowos hacia el sur, hacia una lengua glaciar que en ese momento bloqueaba el río Fork en Montana (EEUU). Esa lengua glacial había bloqueado con hielo el valle del río acumulando una barrera de 600 m de altura que causó la formación aguas arriba de un enorme lago, hoy desaparecido pero estudiado por los sedimentólogos bajo el nombre de Lago Missoula. Esto lo sabemos porque en los años 20, el doctor Joseph Pardee encontró abundantes sedimentos lacustres de un gran lago pleistoceno que carecía de una barrera física en su lado occidental. 

Arrastrado por el glaciar, Tomanowos llegó a esa gigantesca presa de hielo justo cuando esta colapsó desencadenando una de las mayores inundaciones jamás documentadas. Las inundaciones de Missoula (en plural porque el fenómeno se repitió decenas de veces) remodelaron el relieve de la inmensa región de los Scablands en el estado de Washington, un paisaje excavado por la erosión de este evento cataclísmico. Este fenómeno se conoce como inundación glaciar explosiva y ocurre cada pocos años, por ejemplo, en el glaciar Perito Moreno (Argentina). Sin embargo, el gran volumen de agua apresado en el Lago Missoula hizo que allí el flujo de agua alcanzara el equivalente a miles de Cataratas del Niágara, concretamente unos 10 millones de metros cúbicos por segundo. Para los curiosos, la investigación de estas inundaciones por Bretz y Pardee a principios del siglo XX condujo a uno de los más significativos cambios de paradigma en la geología: el reconocimiento de que los eventos catastróficos pueden contribuir significativamente a la evolución del relieve.
Mapa del recorrido de las inundaciones de Missoula, que
muestra el lago Missoula 
(azul), la capa de hielo donde
aterrizó Tomanowos (al norte del 
lago) y las áreas
inundadas de Washington y 
Oregón (gris). Fuente: Washington Univ.

Al colapsar la presa glaciar, el meteorito, atrapado en hielo y flotando con él, fue arrastrado por la inundación cruzando los estados de Idaho, Washington y Oregón siguiendo el cauce del río Columbia a velocidades de más de 20 metros por segundo, según simulaciones numéricas del Servicio Geológico de EEUU (USGS). 

Mientras flotaba en las aguas de la inundación sobre lo que hoy es la ciudad de Portland, la carcasa de hielo se desprendió y el pesado meteorito se hundió en las aguas, posándose en el fondo. En la región se han encontrado cientos de otras rocas incompatibles con la geología local. Se les llama rocas erráticas y fueron transportadas también en balsas de hielo a lo largo del río Columbia durante las inundaciones. 

Al terminar la inundación, el meteorito quedó expuesto a la atmósfera. Durante lo siguientes miles de años, la lluvia reaccionó con un mineral raro en la Tierra pero común en los meteoritos, la troilita (FeS), disolviendo entonces lentamente el hierro del lado expuesto de la roca:
Las cavidades del meteorito fueron producidas por la disolución del hierro en el 
lado expuesto a la atmósfera.

Poco después de la inundación, los Clacamas llegaron a Oregón y bautizaron al meteorito como el Visitante del Cielo. Para ellos, Tomanowos vino a unir la tierra, el agua y el cielo. Posiblemente supieran que las rocas metálicas provienen del cielo, una preclaridad que no deja de ser inquietante. ¿Les intrigaba la ausencia de un cráter en el sitio del hallazgo? ¿Vislumbraron como explicación una inundación que tardaría aún miles de años en ser redescubierta para cambiar la historia de la geología? En cualquier caso, el nombre del meteorito nos recuerda que las culturas precientíficas no eran idiotas, o en todo caso no lo eran más que la nuestra hoy en día.

Como queriendo confirmar esta última hipótesis, en 1902 un colono llamado Ellis Hughes, buscando
enriquecerse con la roca, decidió trasladarla a sus propias tierras, en secreto. Milenios de descanso pacífico en el valle del río Willamette llegaron a su fin. Pero claro, no es fácil desplazarse varios kilómetros en secreto con una roca de 15 toneladas, ni siquiera en Oregón. Hughes y su hijo trabajaron de noche durante tres duros meses y fue durante ese transporte que la roca sufrió severas mutilaciones.

Una vez hubo trasladado Tomanowos, Hughes
construyó una cabaña alrededor del meteorito, anunció
que había caído en su propiedad y comenzó a cobrar
veinticinco centavos por verlo.

Una vez en su propiedad, Hughes comenzó a cobrar veinticinco centavos por ver el meteorito. Sin embargo, su vecino, no impresionado por el despliegue de idiotez, le demandó asegurando que el meteorito, en realidad, había aterrizado en SU ​​propiedad. Y para respaldarlo mostró a los jueces un enorme cráter en su terreno. Su caso hubo de ser desestimado cuando un tercer vecino de la zona informó de una enorme explosión provocada apenas una semana antes del juicio.

Irónicamente, el propietario legal del lugar de aterrizaje de la roca de hierro resultó ser la Compañía de Hierro y Acero de Oregón, que hasta entonces desconocía la existencia del meteorito. Inmediatamente contrató a un guardia que se parapetó sobre la roca día y noche, armado, mientras la compañía apelaba la sentencia. Ganaron el caso en 1905 y vendieron Tomanowos al museo de Nueva York un año después. Las autoridades, igual que ya habían relocalizado a los Clacamas y a otras 20 tribus a una reserva, decidieron también relocalizar a Tomanowos en la otra costa de los EEUU, la que sería la última parada de su billar cósmico. 

Tomanowos a principios del siglo XX, antes de ser transportado a Nueva York.

Sorprendentemente, la exposición del American Museum of National History no menciona las inundaciones de Missoula, una parte clave de la historia de Tomanowos. Esto a pesar del amplio consenso científico y de la narrativa de sus primeros descubridores. Pero los descendientes de los Clacamas sí conservan todavía el derecho a acudir al museo a rendir tributo al visitante que reunió el Cielo, el Agua y la Tierra.

2020-05-05

La tormenta Gloria aísla el sur del Delta del Ebro

[Publicado 2020-05-04 en The Conversation España]
Las máquinas de Salvador intentan por tercera vez extender una pista de arena que le permita acceder de nuevo a su salina (al fondo, la montaña de sal), aislada frente a San Carlos de la Rápita (Tarragona). Los anteriores intentos han sido desbaratados por tormentas menos intensas que Gloria.
Llevamos dos meses luchando contra las olas para reconstruir la barra del Trabucador, hemos invertido todas nuestras excavadoras y 400 000 euros. Ninguna institución nos ayuda. - Salvador Cavaller




Actual estado de la playa del Trabucador, que unía la punta de la Banya (ahora una isla) con el resto del delta. Se distinguen los restos de un puerto deportivo para windsurfistas. Infosa

Salvador Cavaller habla de Infosa, una salina que lleva décadas produciendo sal en el delta del Ebro (Tarragona). Técnicamente, su empresa ha dejado de estar en la península ibérica para formar parte de una nueva isla, la decimocuarta mayor de España. Su tamaño, cercano a los 30 km², es similar al de La Graciosa canaria. 

Los efectos de Gloria

El 21 de enero de 2020, el viento y las bajas presiones asociados a la borrasca Gloria hicieron subir las aguas del Mediterráneo alrededor de un metro. Las olas de hasta 8 metros arrasaron la barra del Trabucador, una estrecha y frágil playa de 6 km de longitud y 120 metros de anchura que unía la punta sur del delta (la punta de la Banya) con el continente. 




Fotografías satelitales (Sentinel) antes (izquierda) y después (derecha) del paso de la tormenta Gloria. A la derecha se ve el lóbulo sur del Delta convertido en una nueva isla. Sentinel (ESA)

Gloria ha puesto de manifiesto una vez más la fragilidad de los deltas. La retención del sedimento en los embalses está poniendo en peligro muchos de estos importantes ecosistemas en el mundo. El sedimento que cada tormenta se lleva del delta ya no es repuesto por el río en los años siguientes.
Mi familia tiene una propiedad en la desembocadura del delta y de niño nos solíamos acercar a ver el faro de Buda, cuenta Salvador. 
Hoy ese faro está casi 3 km mar adentro. Fue construido en tierra en 1864. Cada año el mar le gana unos metros al delta y hoy apenas se le distingue en el horizonte. 




El faro de Buda en los años 50. Author provided

El delta del Ebro, un producto humano

Para salvar el delta, hoy barajamos al fin la eliminación de presas poco necesarias y el dragado de otras para restaurar el tránsito natural del sedimento y la fauna, siguiendo la estela de EE UU. 
Sin embargo, tanto el del Ebro como muchos otros deltas son en realidad paisajes tan antropogénicos como las presas que los amenazan. 
En el caso del delta del Ebro, existen datos muy completos sobre su origen y la evolución. Las primeras descripciones legadas en el periodo romano hablan de un delta de tamaño insignificante. La datación del suelo indica que su formación comenzó hace unos cuatro mil años y el principal sospechoso es el ser humano. Concretamente, los habitantes de Iberia que en ese periodo cambiaron su vida cazadora y recolectora por la agricultura, talando grandes extensiones de bosque y dejando el suelo desprotegido. La erosión avanzó entonces entre diez y mil veces más rápidamente, según los lugares.




El Castildetierra (Bardenas Reales) es un paisaje creado por la erosión de sedimentos de distinta dureza acumulados en la cuenca sedimentaria del Ebro hace entre 50 y 10 millones de años. Los estratos más duros que protegen estos montículos de la erosión son rocas calcáreas que se forman en el fondo de lagos.Yurki/Wikimedia Commons, CC BY-SA

Antes de la agricultura, el sedimento provenía (en mucha menor cantidad) de los Pirineos, de la cordillera ibérica y de la erosión de la cuenca del Ebro, responsable de parajes tan característicos como las Bardenas Reales (Navarra). La vegetación autóctona protegía el suelo de la erosión y por eso el aporte de sedimento al delta era mucho menor. 
Además, muchos de los ríos de la península ibérica, también el Ebro, desembocaban en estuarios en lugar de deltas porque el nivel del mar acababa de subir unos 120 metros debido a la fusión del hielo polar. Esa subida del nivel del mar culminó hace 6 000 años inundando los valles de los ríos junto a sus desembocaduras. Luego, la agricultura aceleró el relleno con sedimento de esos estuarios. 

Los lagos que se transformaron en río

Pero el río Ebro no siempre fluyó hasta al Mediterráneo. Hasta hace unos 10 millones de años (recientemente, en términos geológicos) todo ese sedimento quedaba atrapado en un enorme conjunto de lagos en el interior de su cuenca hidrográfica, que abarca desde los Monegros y Lleida hasta las propias Bardenas Reales (Navarra) y La Rioja. 
Después, ese gran lago, que se había ido llenando de sedimento hasta alcanzar unos 700 metros de elevación, se desbordó vertiendo sus aguas hacia el Mediterráneo.
Conforme el nuevo río (el Ebro) se encajaba a través de la cordillera costero-catalana donde se produjo el desbordamiento, el sedimento acumulado en la cuenca interior empezó también a ser excavado de nuevo por la erosión –así se formó el fotogénico relieve actual–. Este material fue transportado a lo largo del Ebro y sus afluentes hasta el mar.




Simulación geofísica de la evolución de la cuenca del Ebro combinando movimientos tectónicos con el cálculo de la erosión.

La parte invisible de los deltas

Fruto de esos 10 millones de años de transporte por el río, hoy el volumen de sedimentos es mucho mayor de lo que se aprecia a simple vista. Abarca una longitud de hasta 200 km a lo largo de la costa y penetra hasta 50 km mar adentro. En total, alberga unos 40 000 kilómetros cúbicos de arena acumulados durante 10 millones de años. 
La parte emergida de los deltas, la que visitamos en vacaciones y compartimos con cientos de especies de aves, es una pequeña parte de una enorme masa submarina de sedimento. 




Torres eléctricas en la playa del trabucador, 2013. Quynh Nhu Hoang, Author provided

Esa fracción visible es el resultado de un frágil equilibrio entre la erosión de los continentes, el transporte del sedimento por los ríos, la corriente y dinámica costera y la subida del nivel del mar (relacionada con el cambio climático). 
A los procesos mencionados se suman la progresiva compactación del sedimento y el hundimiento de la litosfera terrestre bajo el creciente peso del delta (debido a que la litosfera descansa sobre el magma fluido del manto terrestre, un fenómeno conocido como isostasia). 
Estos dos últimos mecanismos son los principales responsables, por ejemplo, del peligro creciente que corre el delta del Rin (Holanda). Su mayor parte se encuentra hoy a varios metros bajo el nivel del mar y protegido por diques. 




La barra del Trabucador en el lugar donde las olas la arrasaron.

Decisiones humanas

A estos mecanismos hay que añadir a la humanidad, autoexcluida de esa naturaleza y autoerigida en árbitro que designa qué es natural y qué artificial. Primero formamos el delta talando bosques y usándolos para la agricultura, promoviendo la erosión del suelo. Luego construimos presas que impiden que ese sedimento alcance la costa. Ahora necesitamos excavadoras para restaurar lo que primero creamos y luego destruimos. Como decía el poeta Bloem sobre su tierra (el antropogénico delta del Rin): Wat is natuur nog in dit land, “¿qué queda de natural en este país?”, ¿qué debemos preservar? 
Hoy, la pandemia lo ha paralizado todo, pero en algún momento los gestores, los científicos y los ingenieros tendrán que buscar respuestas y reencontrar un equilibrio. La removilización de sedimento o la eliminación de presas son soluciones que se deben sopesar con otros intereses. Pero el delta del Ebro ya nos ha enseñado que cada vez que desafiamos los equilibrios naturales, más tarde o más temprano, lo pagamos.


Actualización
La empresa ha conseguido comunicar la isla con el resto del delta.

Trabucador bar before Gloria - by Christian Lang

Trabucador bar before Gloria - by Infosa

2020-04-09

Lithospheric slab bouyancy during plate convergence - Python code for an analytic solution

This code relates to the Boonma et al. (2019) paper: Lithospheric mantle buoyancy: the role of tectonic convergence and mantle composition.
https://www.nature.com/articles/s41598-019-54374-w

It is my analytical approach to the same problem. 
It calculates the evolution of lithospheric bouyancy as a function of convergence rate, and initial density contrast.

Edit parameters in lines 27 to 35. Then run the code clicking the 'play' symbol.
Then watch the results looking at the grapic output (click the top left icon).
    

2019-11-21

Habitabilidad planetaria, Biosphere-2 y la primera vez que supe de Bannon

El tránsito solar de Venus en junio de 2012 resalta su
atmósfera gracias a la dispersión y refracción de la luz del Sol.
Credit: JAXA/NASA/Lockheed Martin
La de físico es una profesión que te legitima para hacer cosas como considerar la Tierra como una esfera perfecta justo a la distancia del Sol que hace su temperatura habitable. Si esa esfera estuviera más lejos, su temperatura de equilibrio radiativo sería demasiado baja. Si nuestra estrella fuera de mayor tamaño o luminosidad, nuestra bolita sería demasiado calurosa para albergar agua líquida y ya no sería el blue marble. Jugar con la ley de Stefan-Boltzman es divertido porque, sustituyendo la temperatura y el radio del Sol (Tef=5505 ºC; R*=695.000 km) y su distancia a la Tierra (a=149 millones de km), nos predice una temperatura de equilibrio radiativo de 5.4 confortables grados Celsius, bastante cercana a la que disfrutamos.
Puedes modificar los valores en este script y calcular T_eq pulsando el 'play':


La fórmula funciona bastante bien para Mercurio y para Marte y la tentación es pensar que esta ley dará igual de buenos resultados en todos los planetas, pero las cosas no son tan fáciles. Por ejemplo, aplicando la fórmula a Venus obtienes 66 ºC, muy lejos de los tórridos 464 ºC medidos por las misiones espaciales. Se sabe que la principal causa de esta disparidad es el efecto invernadero de la densa atmósfera de Venus.

Pero los mecanismos que hacen que un planeta resulte habitable son muy
La atmósfera de un planeta determina 
su clima y está a la vez muy ligada a la 
tectónica de placas, que facilita el reciclado 
 del carbono emitido en volcanes de 
vuelta al manto.
La ilustración es del libro que próximamente 
publicaremos en ed. Marcombo: 
(In-)Habitabilidad planetaria
por Butturini y coautores, 2020. 
diversos e interactúan de formas muy complejas. La vida, por ejemplo, ha ido modelando el ciclo del agua, del carbono y del oxígeno en la Tierra, además de su albedo. Y todos estos componentes son esenciales para regular el clima. El ciclo del agua determina a qué velocidad se erosionan las rocas silíceas en la superficie de la Tierra, y esa erosión es clave en la captura del CO2 atmosférico y su fijación natural en forma de roca en el fondo marino. Sin erosión, nada limita el efecto invernadero del CO2.


La gran pregunta entonces es:
¿Cómo un sistema tan complejo ha sido capaz de mantener su habitabilidad de forma continua desde casi la formación de la Tierra hace 4.400 millones de años?


Hace 7 años conocí a los creadores de un proyecto que los mayores de 40 quizá recuerden de las noticias de la época:

Biosphere 2 fue un gigantesco espacio de 12.700 m2 completamente sellado y aislado en medio del desierto de Arizona, ideado y desarrollado por John P. Allen y un variopinto grupo de ingenieros, artistas y científicos. Habitado por 8 humanos, el recinto acristalado fue diseñado para evitar cualquier intercambio de masa con el exterior durante años. El oxígeno respirado por las plantas y animales era regenerado por la fotosíntesis. El agua evaporada del suelo o transpirada por las plantas era recogida en zonas de condensación. Los desechos de todas las actividades humanas eran reciclados dentro de la nave en forma de abono. El agua de irrigación evapotranspirada por las plantas era recogida en zonas de condensación. Incluso la dilatación diurna del aire se acomodaba por medio de unas membranas elásticas gigantes que evitaban la fractura del aislamiento de cristal.

El resultado del gigantesco experimento fue aleccionador: A los problemas para mantener algunos de los ecosistemas como el marino, pronto se sumó la eclosión de algunas especies como hormigas, cucarachas y enredaderas en cantidades inesperadas. Llegó a haber reproducción animal y vegetal, aunque la mayoría de vertebrados e insectos polinizadores se extinguió. Pero desde el punto de vista científico y técnico, el problema más complejo fue detectar la razón por la que los niveles de oxígeno no se mantuvieron como se esperaba en base al balance entre fotosíntesis y respiración. Tras mucho análisis, se supo que el O2 era absorbido por la reacción del cemento de la estructura con la atmósfera de la nave.

Pero lo peor estaba por llegar: En el tránsito entre su primera misión (1991-1993) y la segunda, Biosphere-2 tuvo la mala fortuna de cruzarse en el camino de Steve K. Bannon, sí, el director de campaña y embajador europeo de Donald Trump. El entonces desconocido Bannon aprovechó mediáticamente las complicaciones que encontró Biosphere-2 y acabó haciéndose con el control financiero del proyecto y desbaratándolo.

Desde entonces el lugar se ha reconvertido en destino turístico sin valor científico alguno. Pero el audaz experimento ayudó a comprender mejor la inestabilidad de los ecosistemas y la dificultad de la colonización de otros planetas. Mostró la enorme complejidad de mantener habitable un pequeño ecosistema cerrado y su inherente inestabilidad.

Y lo más importante para mí: cuando Bannon llegó al poder, John y sus amigos ya me habían avisado de qué se le venía encima al mundo!
John Allen and myself at his Institute of Ecotechnics in New Mexico, 2016

See also:


2019-03-04

Cómo cambiarán los continentes en el futuro

[Ampliación de una contribución en La Vanguardia]

Preguntas Big-Vang (La Vanguardia): ¿Cómo cambiarán los continentes en el futuro?

Muy probablemente, el Mediterráneo se separará del Océano, se evaporará de nuevo y acabará convertido en una gran cordillera. Australia acabará empotrada contra China. En la Tierra habrá de nuevo un único supercontinente.

A corto plazo (geológicamente eso son algunos miles de años), la forma de los continentes varía debido a los cambios del nivel del mar. La acumulación del agua en los polos debido a las glaciaciones deja expuesto el fondo marino menos profundo en el resto del planeta. El último de estos descensos del nivel del mar fue de 120 metros y ocurrió hace veinte mil años, pudiéndose entonces caminar entre Gran Bretaña y la Europa continental o entre Asia y las grandes islas del sudeste (Indonesia, Sumatra, Java) o entre Asia y América por el actual estrecho de Bering. Estos cambios geográficos permitieron la colonización de todo el planeta por del Homo Sapiens.

Parte del actual fondo marino de la Tierra fue expuesto durante la última glaciación, aumentando la superficie expuesta de los continentes, como muestran las imágenes. [Datos: NOAA]










El actual aumento del nivel del mar de 3 milímetros por año, causado principalmente por el cambio climático ligado a la actividad humana, ya amenaza con inundar amplias zonas como Bangladesh o Nueva Orleans y se teme que cause grandes migraciones  en las próximas décadas.

A más largo plazo, en los próximos millones de años, el fenómeno principal que determina los cambios de los continentes es la tectónica de placas. La capa externa y rígida de la Tierra (litosfera) está dividida en una decena de placas que se mueven sobre el magma fluido en distintas direcciones. África se aproxima a Europa a una velocidad de entre 4 y 25 milímetros cada año. En pocos millones de años el Estrecho de Gibraltar se cerrará y el Mar Mediterráneo perderá el suministro de agua del Atlántico, evaporándose y depositando una capa de sal de cientos de metros de espesor, rodeada de un inmenso desierto. 

20 millones de años después, el acercamiento entre África y Eurasia aplastará en medio al Mediterráneo y lo convertirá en una enorme cadena montañosa desde Cádiz a Arabia. Para entonces, Australia habrá sido arrastrada hacia el continente asiático debido al hundimiento (subducción) de la densa litosfera del Pacífico.
Los continentes dentro de 50 millones de años según C.R. Scotese. http://www.scotese.com/

La relevancia científica de estas predicciones es cuestionable, puesto que nadie va a poder comprobar su validez. Pero su belleza es indiscutible. Os dejo con este vídeo de C.R. Scotesse con los movimientos de placas tectónicas previstos para el futuro: 

Más información:
Original article about sea level changes and future migrations:
https://www.nature.com/articles/nclimate3271